No sé en qué momento comenzó esta historia, ni tampoco cómo explicar todo este revuelo de sentimientos. ¿Sabes? Es difícil poner palabras a los misterios del corazón; por mucho que lo intento, tengo la sensación de que siempre me quedo corta, de que nunca es suficiente…
Ni tú ni yo nos esperábamos, para qué mentirnos. No contábamos con nosotros en nuestra vida. La cuestión es que aquel día nos encontramos. No sé si fue una coincidencia, una serendipia -como dirían los más románticos- o resultado de una fuerza mayor, pero conectamos.
Y no hablo solo de cruzar miradas… Me refiero a esa sensación que irrumpe desde lo más profundo y te embriaga por dentro sin saber cómo, a esa conexión inexplicable. Lo recuerdo perfectamente. Y desde ahí todo empezó a cobrar cierto sentido.